¿Cómo mejorar la formación y valoración social del profesorado en España?
¡Hola otra vez! Espero que todos estéis teniendo un estupendo fin de semana.
Hace unos días, en la clase de Procesos y contextos educativos estuvimos reflexionando por grupos sobre la educación en España, centrándonos sobre todo en cómo podría mejorarse. A mi grupo nos tocó reflexionar sobre cómo mejorar la formación y valoración social del profesorado, así que a continuación os expongo las principales conclusiones a las que llegamos sobre cómo mejorar en este aspecto:
1. Subirle el sueldo a los profesores: puede parecer que mi grupo y yo lo que tenemos es mucho morro, ya que nosotros vamos a ser profesores y, evidentemente, tenemos un interés personal en cobrar lo máximo posible. Sin embargo, esta propuesta tiene su razón de ser: consideramos que el valor que otorga una sociedad a una determinada profesión depende en gran medida del sueldo que ganes: a mayor sueldo, mayor reconocimiento social. Hay un pensamiento muy generalizado de que ser profesor es fácil y cómodo: buenos horarios, buenas vacaciones... Pero ser docente no es nada fácil, ya que cargamos con una gran responsabilidad sobre nuestros hombros, al tener el poder de influir en personas que todavía están desarrollándose y el deber de ponernos delante de ellos cada día cuando los adolescentes muchas veces no nos lo ponen nada fácil (como hemos visto en Aprendizaje y desarrollo de personalidad, pues en secundaria los profesores nos convertimos con frecuencia en el enemigo a batir de los alumnos). Así pues, consideramos que el sueldo actual es bajo en comparación con nuestra responsabilidad, y que el hecho de que esto cambiara ayudaría a que la sociedad empezara a valorar nuestra labor (y de paso, a también la valoráramos nosotros mismos, pues ayudaría a convencernos de que estamos haciendo algo importante, y que, por lo tanto, tenemos que esforzarnos y dar cada día lo mejor de nosotros mismos).
2. Otorgar a los profesores mayor libertad en el aula: muchas veces, los profesores tienen mil ideas creativas que llevar al aula y no pueden llevarlas a cabo debido a la poca libertad de la que disponen: tienen que dar un temario fijo en el aula, con unas pruebas de evaluación, y poco más. Creemos que esto acaba siendo negativo tanto para los docentes (al ir perdiendo poco a poco la motivación al ver que no pueden realizar las actividades que les gustaría y cayendo en la monotonía y la falta de interés según pasan los años y se ven obligados a hacer siempre lo mismo) como para los alumnos (que también pierden el interés al tener clases que siempre son iguales en todas las asignaturas). Por lo tanto, una mayor libertad en el aula serviría para estimular la motivación y la creatividad tanto de alumnos como de profesores.
3. Dejar de cuestionar a los profesores en casa: Somos conscientes de que este punto es difícil de realizar, ya que en sus casas los padres pueden hacer y decir lo que quieran, pero aún así queremos poner de manifiesto lo nocivo de la situación. Últimamente, parece que los padres cada vez cuestionan más delante de sus hijos las decisiones de los profesores cuando no les gustan, lo que resulta confuso para los alumnos y desautoriza irremediablemente a los profesores. Ya bastante difícil es mantener la autoridad con adolescentes, pero esto se vuelve prácticamente imposible si los padres no confían en los profesores y se ponen en su contra. Los profesores estamos formados y sabemos por qué tomamos las decisiones que tomamos, por lo que los padres deberían confiar en nosotros, igual que nosotros confiamos también en los padres. Solo si padres y profesores trabajamos en la misma dirección se pueden lograr buenos resultados para el alumno.
4. Abogar por una formación continua y que ponga énfasis en las nuevas tecnologías: Creemos que se debería exigir a los profesores una formación continua para que pudieran seguir ejerciendo, especialmente en un mundo tan rápido y cambiante como es el actual. Sin embargo, los profesores podrían elegir qué cursos realizar de entre la oferta disponible, dependiendo de sus intereses y necesidades. Creemos también que muchos de estos cursos deberían centrarse en el uso de las nuevas tecnologías, pues muchos docentes no las dominan y esto entorpece considerablemente el ritmo de la clase y el aprendizaje, y hacen que los alumnos no tomen en serio al profesor, al ver que este no sabe utilizar unos recursos que ellos dominan con toda naturalidad.
5. Necesidad de un mayor consenso entre profesores de la misma materia: Consideramos, según nuestra experiencia como alumnos de Secundaria y Bachillerato, que hay un gran caos sobre lo que se enseña en cada materia dependiendo del curso y del profesor. Llegas a un curso nuevo con un profesor diferente al que te dio esa asignatura el año pasado y este, al no saber qué han hecho los alumnos en clase el año pasado con el otro profesor, o bien da por hecho contenidos que los alumnos no conocen porque nadie se los ha enseñado, haciendo que estos se pierdan, o bien repite cosas que ya se han dado en años anteriores, haciendo que la clase se aburra.
Es decir, consideramos que el tiempo de clase está muy desaprovechado y que la solución sería tan sencilla como hacer reuniones regulares entre todos los profesores de la misma asignatura para informarse unos a otros del temario que han dado años anteriores y el que no y para llegar a un consenso sobre qué contenidos es apropiado impartir en cada curso.
Y esto ha sido todo. ¡Gracias por leer hasta aquí!
Hola Raquel
ResponderEliminarMe parece muy apropiado lo que proponeis en tu grupo sobre todo en lo que respecta a la coordinación del profesorado tanto en el mismo nivel que imparten como entre las diferentes etapas de la educación
Los padres juegan un papel muy importante en la educación de sus hijos y creo que la colaboración entre los centros educativos y los padres es esencial.
¡Muchísimas gracias! Ojalá la sociedad también empiece a verlo poco a poco...
EliminarCreo que los profesores necesitan sentirse valorados porque su labor no es nada fácil. Comparto contigo que los centros necesita más flexibilidad. Tenemos una educación demasiado encorsetada demasiado centrada en los contenidos y poco práctica. Y se trabaja muy poco la expresión oral y escrita cuando debería hacerse desde el inicio de la escolarización como hacen en otros países europeos
ResponderEliminar¡Muy cierto! Y muy importante lo de la expresión escrita. Si alumnos de segundo de bachillerato no dominan la expresión oral escrita, que es lo más básico, algo está fallando... Hay que mejorar eso, sin duda.
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