El Libro Blanco de la Profesión Docente y su Entorno Escolar
¡Hola! Mil años tarde, pero en esta entrada vengo a hablaros un poco sobre el Libro Blanco de la Profesión Docente y el Entorno Escolar, el cual hasta que llegué a clase de Procesos no sabía que existía. De hecho, ni siquiera había oído el término "libro blanco" en mi vida. Para los que, como yo hasta hace poco, no tengáis ni idea de lo que es un libro blanco, os lo resumo brevemente: es un documento que se realiza con el objetivo de presentar una serie de informaciones y propuestas seleccionadas, sintetizadas y ordenadas con rigor, que sirvan para iniciar un debate y ayudar a quienes deben tomar decisiones sobre dicho tema.
Pues bien, en 2015 el Ministerio de Educación encargó al filósofo José Antonio Marina la redacción de un libro blanco de la docencia no universitaria. La particularidad de este documento es que, al contrario de lo que suele ocurrir con los libros blancos, va dirigido no solo a los especialistas, sino a toda la sociedad en general, puesto que toda la sociedad está implicada en la educación. A continuación os presento las ideas y propuestas de este documento que más me han gustado y que creo que deberían tenerse en cuenta para el futuro:
1. Los docentes y el centro escolar deben asumir un compromiso ético. La dimensión ética de la educación no debe descuidarse, y es necesario desarrollarla con responsabilidad y cuidado.
2. Debería ampliarse el período de formación de los profesores no universitarios. Al igual que el libro, yo también considero que un máster de un año no es suficiente para preparar a los docentes para una tarea que conlleva tanta responsabilidad y tantas dificultades. No sé si llegaría al punto de una formación de siete años, como se propone en el documento, pero desde luego hace falta más que un año de formación en el que todo se haga deprisa y corriendo y que sea más un trámite que un verdadero aprendizaje. Tener la creencia de que un año es suficiente es síntoma de que la sociedad opina que ser profesor no es una tarea complicada, y esto debería cambiar.
3. Relacionado con lo que acabo de decir, también creo que otra propuesta del libro a tener en cuenta es que se debería atraer a la docencia a la élite, a las personas más cualificadas. Por alguna razón que a mí se me escapa, en España se cree que enseñar es algo que puede hacer cualquiera, que el que no quiere complicarse la vida o el que no da para más (para medicina, ingeniería, etc.) se mete a profesor (de primaria o secundaria). Pero vamos a ver, ¿de dónde ha salido esta idea tan absurda? Tener la responsabilidad de tratar con personas que están aún desarrollándose, por lo que son especialmente influenciables y vulnerables, saber que tienes el poder de influir, o tener el valor de ponerte delante de una clase de treinta adolescentes para los que muchas veces eres el enemigo número uno, ¿es coger el camino fácil? Seriously? Esto tiene que cambiar urgentemente. La sociedad tiene que dejar de pensar así, y sobre todo los propios docentes: tenemos que ser conscientes de que nuestra tarea es importante y necesaria, de que no es fácil y de que podemos con ella. Si nosotros mismos no lo creemos, nadie más lo hará. Y puesto que se trata de una tarea tan compleja, se hace necesario que, al igual que ya se hace en otros países, en España empiece a seleccionarse a las personas más cualificadas para ello, a los estudiantes más sobresalientes (tanto en méritos académicos como en habilidades humanas). Porque igual que médico no puede ser cualquiera, profesor tampoco.
4. Concuerdo con el libro en que las inspecciones son un recurso al que en España no se saca el suficiente partido. Es algo que está ahí, pero que no funciona en la dirección que debería. Parece que únicamente es un recurso para castigar, una sombra que va detrás de los docentes y los centros y que debe ser temida, y esto no debe ser así. Las inspecciones deben servir para mejorar la educación, actuando como instrumento de apoyo a los centros educativos.
Y esto es todo por ahora. Espero que estas reflexiones os hayan hecho pensar en cómo debe ser el futuro de la educación en España y en qué cosas deberían cambiar para mejorar. ¡Hasta pronto! ☺
Hola Raquel. Estoy de acuerdo contigo en que ser profesor es una tarea ardua y que requiere formación intensa y continuada. Por supuesto hay que ponerle mucha pasión y grandes dosis de paciencia. Quizás lo ideal sería hacer una especie de MIR docente como pretendía hacer Gabilondo cuando fue ministro de educación. En los países nórdicos el profesor es una figura muy respetada y querida y así debiera ser aquí. Respecto a lo que comentas de la Inspección , se me ocurre que si los inspectores fueran por áreas todo funcionaría mucho mejor. Saludos
ResponderEliminarTienes mucha razón, sí. ¡Muchas gracias por tus aportaciones, son muy interesantes!
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